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El Planeta no esta jugando , si te llevas... te aguantas

En la actualidad, el tema del cambio climático ha cobrado primordial importancia al enfocarse en el peligro que implica la forma de vida actual. De mantenerse los niveles actuales de emisiones de gases y desechos, la posibilidad de recuperación del medioambiente–a nivel global– es prácticamente nula.

Por: Sandra Navarro

El planeta no esta jugando

FOTO MARCELO TERRAZA

La realidad es que el tema del cambio climático se mantiene como una cuestión delicada, al punto de llegar a representar algún grado de peligro a la forma de vida actual. De mantenerse los niveles actuales de emisiones de gases y desechos, la posibilidad de recuperación del medioambiente–a nivel global– es prácticamente nula.

 

Las reacciones ante estos sucesos no se han hecho esperar. Las agencias internacionales se han teñido de verde ante la necesidad inminente de moderar la escalada de la temperatura global. También la actividad empresarial se ha visto influenciada por este enfoque. Esto último tiene especial importancia, ya que más allá de lo que a cada país o gobierno confiere, son las prácticas de producción y consumo las que guardan la más estrecha relación con el contexto actual.

 

Al final del día, también el dinero es verde, se ha venido levantando un escenario donde la conciencia social, sumada a las posibilidades de penetración y desarrollo de mercados, ha resultado en más de una ocasión en prácticas de negocio más eficientes.

 

Tal es el caso de Wal-Mart que en un intento por reducir sus emisiones y maximizar su eficiencia en uso de combustibles, redujo el consumo de los mismos en un 25%. En números esto representa un ahorro de entre 35 y 50 millones de dólares al año. En términos de emisiones de dióxido de carbono –Co2– es el equivalente a sacar más de 60,000 autos de las calles. Por su parte, Google recientemente invirtió 38.8 millones de dólares al adquirir dos parques eólicos en un intento por propiciar el despliegue de las energías renovables

 

Ahora, la sustentabilidad exige un progreso económico que pueda satisfacer las necesidades del presente, sin afectar las posibilidades de que generaciones futuras lo hagan. Pero también cobra un nuevo significado al convertirse en un "catalizador para el crecimiento y la innovación" a través de la responsabilidad corporativa. En este terreno Nike observó tres posibles opciones en cuanto a su posible rumbo futuro. La primera consistía en continuar ignorando el impacto ambiental; la segunda en tratar los desechos y el impacto químico en las áreas donde fuesen evidentes; y la última era: influenciar el proceso desde su inicio. Ante lo cual, la firma reconoció que: "La primera no era una opción, la segunda sólo produciría mejoras incrementales. Pero en la última veían tanto la posibilidad de un impacto real como de cambios en el sistema".

 

De esta forma de pensar han salido ya varias iniciativas para programas de reciclaje bastante exitosos e innovadores donde entre otras cosas se reutilizan los zapatos deportivos gastados para hacer nuevas canchas y terrenos de juego.

 

Sony, Apple y Dell se encuentran entre las empresas que últimamente se han permeado de esta actitud. A nivel nacional Bimbo, CEMEX y TELMEX encabezan la lista. Bajo las premisas de ahorro y eficiencia ecológica éstas redujeron sus desechos, cambiaron materiales, mejoraron procesos y la calidad de sus productos en el camino. Algunos inclusive han optado por certificar sus productos en programas cuya base de operaciones es la sustentabilidad, entre ellos, LEED. Estas prácticas ambientales en la empresa ayudan a perpetuar soluciones en el tema de sustentabilidad ecológica, que es muy importante para el mundo en general. En Centroamérica por ejemplo, el mercado de las maderas exóticas es un importante bastión de la economía. Por su parte, el caso de la industria petroquímica no es muy distinto.

 

A la vez que funge como pilar de más de una economía – como sucede en gran parte del Medio Oriente–, sostiene un alto grado de dependencia con otros comercios, sin olvidar que se trata de una de las industrias más contaminantes. En México la problemática del cambio climático encuentra sus raíces en la administración de recursos forestales y energéticos. Muestra de esto es el incremento en la acumulación de basura electrónica.

 

Hoy por hoy, México ha tomado acción para reducir sus emisiones de gases invernadero. Estimando así para el 2012 una reducción de Co2 correspondiente a sacar de circulación todo el parque vehicular del Distrito Federal por cuatro años y medio. Mientras que a su vez se ha puesto mayor énfasis en su política forestal obteniendo apoyo de Noruega con objetivos de reforestación y conservación10.

 

Aunque en México los productos verdes suponen un nicho de mercado todavía pequeño, en el resto del mundo, el tema se ha desplegado como eje central para las operaciones empresariales y la vida del consumidor promedio. Prueba de que se ha modificado la cotidianidad radica en el cambio en las prácticas de consumo. Y para las empresas lo mejor ha sido comprobar que el verde vende. Por lo que no queda mejor consejo que regresar al principio más básico de los negocios: seguir el dinero.

 


 

 

 

 

 

Derechos Reservados © El Globalista México, 2010