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Los hombres de las loncheras

A la hora del almuerzo en Mumbai, 20,000 oficinistas pueden sentarse y disfrutar su propia y caliente comida hogareña, gracias al dedicado e inequívoco grupo de dabbawalas de la ciudad.

Por:Uzra Kahn | Traducción: Jaime Alliende

200 años despues

FOTO MEENA KADRI

Con un destello en sus ojos y su tradicional gorro Nehru blanco puesto desenfadadamente sobre su cabeza, Gangaram Tarekar, secretario de la Asociación de Proveedores de Cajas Tiffin de Nutan Mumbai (NMTBSA por sus siglas en inglés), arribó a su destino en Mumbai y, fiel a su profesión, estuvo justo a tiempo. La NMTBS, conocida popularmente como los dabbawalas, entrega cajas de humeante, comida hogareña a 20,000 oficinistas diariamente. Por el equivalente a entre siete y nueve dólares estadounidenses al mes, el servicio de entrega de almuerzos incluye, también, el regreso de las cajas vacías a las casas de los suscritos. Los dabbawalas mantienen la ciudad alimentada, bombeando la comida a través de las venas del transporte público. Incluso durante la horrible estación del monzón de Mumbai, los dabbawalas encuentran la manera de entregar el almuerzo a pesar de los diluvios y los retrasos de los trenes.

 

"Dabba" significa "lonchera" en hindi, y "wala" significa "hombre". Estos 5,000 "hombres de las loncheras" empezaron su negocio hace más de cien años cuando India seguía bajo control Británico. Los oficinistas indios preferían la comida hogareña a la comida extranjera provistas por sus empleadores Británicos. Hoy en día, los dabbawalas son una fuerza importante. Su sello distintivo: ellos no cometen errores. Su tasa de error es de uno en 16 millones, y en 2001, la revista de Forbes Global los ratificó con la clasificación Seis Sigma, es decir, un 99.999 por ciento de precisión.

 

A través de los años los dabbawalas han evolucionado de ser un pequeño grupo de socios de negocios y se han convertido en una gran organización, manejada por un patronato administrativo bajo el mando de un presidente y secretario electos. Aun así, ellos mantienen las características de una hermandad. Todos ellos pertenecen a la misma casta- los Malvas- y se visten con la misma vestimenta blanca y gorro Nehru blanco. Como dijo Tarekar en Hindi, "Nosotros solamente tomamos nuevos dabbawalas de nuestra propia gente. Cuarenta por ciento de los dabbawalas entraron a la profesión porque sus padres pertenecían a esta desde antes, y existe un proceso riguroso de entrenamiento de 6 meses para cada nuevo dabbawala, y es durante este tiempo cuando decidimos sí es que nos agradó".

 

¿Cómo es que los dabbawalas evitan perpetuamente los errores? Es fácil imaginarse resmas de direcciones y nombres, una secreta base de datos computarizada en alguna parte de Mumbai actualizada regularmente para acomodar a la creciente clientela. Pero la mayoría de los dabbawalas son analfabetos. Su método es sorprendentemente simple: "Nosotros trabajamos en base a la memoria. Sí tú te suscribes con nosotros hoy, uno de nuestros hermanos va a tu casa mañana para memorizarse su locación e irá a tu oficina para hacer lo mismo. El día después va a recolectar tu dabba," dijo Tarekar orgullosamente. Aparte de esta increíble falta de error, los dabbawalas se enorgullecen de sí mismos por nunca ir a huelga. "Error es horror. Huelga es suicidio," Tarekar dijo en un inglés precario. "Una huelga tiene resultados desastrosos; nuestros hermanos en las oficinas no obtienen el almuerzo que sus esposas, madres, e hijas han preparado para ellos con tanta dedicación." El notable ímpetu de los dabbawalas ha sido reconocido internacionalmente por gente como el Príncipe Carlos, Richard Branson, y Bill Clinton, los cuales han viajado a la India para reunirse con ellos. Tarekar, de hecho, fue uno de los invitados a la boda del Príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles. "De verdad nos agrado el Príncipe Carlos, él siempre fue muy puntual cuando se reunió con nosotros," dijo Tarekar, sonriendo.

 

Manteniéndose a la par de los tiempos cambiantes, los dabbawalas ahora tienen su propia página web y ofrecen suscripciones vía mensajes de texto. Más impresionante aún, es cuan poco esfuerzo que han dedicado a publicitarse: ellos depende solamente de las referencias personales. Los dabbawalas de Mumbai no tienen ninguna intención de expandirse a otras ciudades de la India. Como dice Tarekar, "Mumbai es perfecto para nosotros. Es una ciudad angosta y larga, y tiene un excelente sistema de trenes. Nosotros no podríamos funcionar en otro lugar. Solamente en Mumbai se puede encontrar tal variedad de personas con tal variedad de comidas hogareñas." Él no se preocupa por lo que el futuro les depara: "¿El futuro? ¡Nosotros trabajaremos, comeremos, y la pasaremos bien¡ La luna no cambiará, el sol no cambiará, el cielo no cambiará. Las personas van a cambiar, pero su deseo de comida hogareña no lo hará. Y mientras eso no cambie, nosotros tampoco lo haremos".

 

Con una risita, un namaste, y una inclinación de su gorro Nehru, el Sr. Gangaram Tarekar se retira - no puede llegar tarde a su siguiente cita.

 


 

 

 

 

 

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